Pastelería La Casa Blanca

El proyecto de La Casa Blanca empieza con un local por reformar al completo en el centro de Castelldefels. Un proyecto prácticamente de obra nueva: sin pavimento ni instalaciones, pero con el soporte de una familia con mucha ilusión.

El concepto de crear un ambiente cálido y confortable, como lo es un hogar, lo podemos ver desde la entrada, donde se ubica un enmarcado que envuelve la fachada e imita el perfil de una casa. La entrada tiene la particularidad de ser en diagonal. Al ser un local relativamente estrecho, esto permite que se pueda ubicar una vitrina frigorífica que quede en el escaparate sin que ocupe demasiado espacio.

Una vez entrado en la pastelería se dispone la vitrina con frío más larga que permite exponer cupcakes y pequeños pasteles, que es acompañada por una vitrina neutra de 3 pisos en la que se expone producto de bollería. También se dispone de un congelador vertical a continuación que junto a la decoración del techo se incorpora y genera la impresión de un pilar de pasteles. A continuación, una zona de degustación se apoya en una pared de espejos que permite dar una sensación de amplitud espacial y poder probar los cafés de grano artesanal.

La parte del final de la tienda, por un lado, pertenece al obrador, que gracias a las cristaleras permite que la clientela vea el proceso de creación de todos los pasteles que Blanca cuida al máximo detalle. En el otro lado hay una zona de degustación con un sofá y mesas bajas que genera un ambiente más relajado y acaba con una pequeña terraza en el extremo a modo de oasis natural.

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